martes, 28 de junio de 2011

Entusiasmos. Uno.

Comprar jerseys en las rebajas de junio. Para muestra un




                                                                                                                                                        (botón).

miércoles, 22 de junio de 2011

Lentejas los viernes

Como nos anunciaron, efectivamente llegó Paco con las rebajas. Con las rebajas y muchas más cosas.

Vino con un cargamento de papeles que tuvimos que quitar de las paredes ¡maldito Blu-tack, nunca paro de perderte (de vista)!, vino con cerraduras que estaban a punto de caerse, con cumpleaños improvisados, mosquitos mutantes y con alguno que pudo hacerse el sueco pero acabó montando un armario. Llegó también con graduaciones de última hora, parques no grandes, sino gigantescos, señores raros en el tren, gente que lleva la voz cantante y otros que no tanto, sandalias varias y buenorros que hoy siguen sin poder levantarse.


Mientras tanto seguiremos comiendo lentejas los viernes, y a ver qué nos cuenta Paco en septiembre.

domingo, 5 de junio de 2011

Guys and grosses

Hola cambiar de piso: eres una frustración en toda regla. Pero hola cambiar de piso: vaya cantidad de historias graciosas que se dan en ti.

Efectivamente, nos mudamos. Empecemos por el nombre de la nueva calle. Lo que se deduce del mismo es que en todas las ocasiones en las que pronunciemos su nombre, inevitablemente habrá que deletrear todas y cada una de sus letras (igual por eso no nos cobran la comunidad), porque al escucharlo se podría escribir algo así como "GUYS AND GROSSES". Y diréis, pero ¿cómo?, ¿el ayuntamiento de Zaragoza pone nombres de bandas de rock a las calles?, ¿qué tipo de hecho aconteció en esta ciudad para que se nombrase a una calle "chicos y ordinarios"? Pues bien, la respuesta a todas estas preguntas es que el verdadero nombre de la calle es A. GAY SANGRÓS. Desde el principio este nombre trajo una gran controversia, ya que no hay que olvidar que Julia, la que duerme con forro polar en agosto, llamó al propietario para preguntarle por su piso de la calle "Agueisangros" (lo dijo poniendo especial énfasis en la sílaba san). Suerte tuvimos de que este hombre reconociera con tales palabros su propia casa.

El propietario (al que a partir de ahora conoceremos como pro), como buen maño que es, se enrrolló y volvió a enrrollarse para después enrrollarse sobre sí mismo durante horas, explicándonos todos los secretos sobre la resistencia que tiene la madera de cerezo y demás temas bricomaniáticos. Es un tío majo, y más o menos vino a decirnos que teníamos pinta de no haber roto ni un plato, ni un platillo, ni un mini-mini-micro-plato en nuestra vida, y que se fiaba de nosotras porque siendo estudiantes de música creía que teníamos una sensibilidad especial. Desde luego a este hombre le hace falta un paseo por el conservatorio. Hay que decir que siempre tenemos mucha suerte con los pros. De hecho, cuando firmamos el contrato de esta casa tuvimos que huir en plan final de Indiana Jones porque los dueños querían invitarnos a toda costa a gazpacho, o metérnoslo en vena o yo qué sé qué.

No obstante, pro, como buena persona que vive de las rentas de la manera más literal, nos la tuvo que liar un poquito porque si no esta historia no tendría ni nudo ni desenlace, y más o menos tuvimos que pujar en tiempo real por el piso con una familia que también lo quería. Así que nada, después de haber dejado a una familia maña en la calle, aquí estamos, teniendo conversaciones que siempre han de contener las palabras fianza-alquiler-madera-de-cerezo.

Por supuesto, y como no podía ser de otra forma, nos dimos cuenta TARDE de que no habíamos avisado a nuestro pro actual de que nos íbamos. ¿Qué hacer? pues bien, tras inventar una gran historia para dar más penita que la muerte de la madre de Bambi, llamamos a este hombre y parece ser que coló, porque aquí estamos, pensando cada día que deberíamos ponernos AYER a organizar todo el traslado.

No obstante, no acaban aquí las hisprorias. Seguiremos informando.